
Dosis de cine colombiano en el FICMA 2016
Erika María Pinilla Montes
Tres niños caribeños tomaron aire y se sumergieron en aguas cristalinas hasta llegar al arrecife, el mar se escapaba entre los dedos de sus manos y pies, hasta que los dedos ansiosos de uno de los morenos agarraron las tenazas de un cangrejo que se despediría del océano. Como buzos acompañando los corales, los espectadores miraban desde abajo esta escena del documental Aislados, obra de la bogotana Marcela Lizcano que se presentó en la apertura de la Feria Internacional de Cine de Manizales (FICMA).
El Auditorio Santo Domingo de Guzmán en el Multicentro Estrella exhalaba un infraleve (concepto creado por Marcel Duchamp para referirse a los frágiles acontecimientos extraídos de la contemplación sensorial de la vida cotidiana que son la verdadera materia del arte) en forma de lo que llamamos olor ‘a guardado’. La sala, a diferencia de la apertura del FICMA 2015 con la película El Abrazo de la Serpiente, no estaba a rebosar de cuerpos. Las sillas vacías alumbraron durante toda la noche del 20 de agosto.
Aislados
Este primer largometraje realizado por Marcela tiene lugar en Santa Cruz del Islote, isla ubicada frente al golfo de Morrosquillo en el Caribe colombiano. Este territorio es conocido por atribuírsele el título de la isla más densamente poblada del planeta, en tan sólo una hectárea (10.000 metros cuadrados), conviven más de 540 personas de 18 familias en 97 casas. “Duermen tan juntos que sueñan lo mismo”, pronunció una vez el exfutbolista boliviano Fernando Salinas.
Sin embargo, la cineasta colombiana no quería contar esa historia y datos que la gente puede conocer superficialmente. Tras un proceso de inmersión de 5 años, decidió que quería narrar qué pasa con esa comunidad, cómo es la convivencia entre los habitantes del islote y las cosas que suceden en ese lugar.
“Para mí la isla es como un mini mundo, explica, las cosas que pasan allá pueden pasar en otros lugares”. En Santa Cruz tienen problemas como falta de agua potable, exceso de basura, superpoblación y un cambio generacional “súper fuerte”, lo que genera incertidumbre hacia el futuro.
Trabajar con comunidades se puede convertir muchas veces en una labor de entrometimiento sin profundidad, es por eso que el equipo de Aislados decidió empezar el acercamiento ofreciendo talleres de música, fotografía y cine. De esa manera se logró que la población entendiera qué era una película y qué pretendían mostrar del islote. Este proyecto transmedia se compone de 3
elementos: el documental, una plataforma web (aislados.co), y unos talleres con la comunidad.
Hubo también un compromiso para ayudar a defender los derechos humanos; un acompañamiento en cuanto al tema político, puesto que se encuentran en la búsqueda de la titulación colectiva de la isla que habitan hace más de 160 años; y ayudar con la gestión cultural de Santa Cruz, de forma que en este momento se encuentran en el proceso de creación de la Casa de Cultura del islote.
Las otras joyas del FICMA2016

El colombiano de ascendencia francesa, Jacques Toulemonde Vidal, co-guionista de El Abrazo de la Serpiente, presentó su largometraje Anna. Este filme de modalidad road movie, su trama gira alrededor de un viaje, es protagonizado por la caleña Juana Acosta, y fue grabado entre Francia y Colombia. Esta película, presentada en el Teatro 8 de junio de la U. de Caldas, cuenta con un guión que se centra en Anna, una joven colombiana que reside en París y lucha día a día para poder ver más tiempo a su hijo Nathan, al cual su exmarido Philippe sólo le permite visitar dos veces por semana. La protagonista convence a su novio Bruno para escapar a Colombia con Nathan y ella, y allí el viaje se tornará imprevisible debido a la inestabilidad emocional de Anna.
“El cadáver de un suicida no entra a esta iglesia”, sentencia el párroco protagonizado por Germán Jaramillo en la película El Soborno del Cielo. Esta comedia negra dirigida por Lisandro Duque es ambientada en la Colombia de los setenta, y fue la encargada de cerrar la Feria Internacional de Cine este año.
Un pueblo se ‘despelota’ completamente tras el suicidio de Aimer Zapata, ya que el nuevo párroco se niega a darle católica sepultura al hombre, y su familia desafía la autoridad al enterrarlo en el camposanto. El cura deja de administrar sacramento en la iglesia, declarándola en entredicho hasta que cambien de sitio el cadáver, pero por la presión, la familia Zapata proclama que moverán el cadáver si todas las familias de suicidas mudan los cadáveres de sus familiares. Esto desata una interesante situación en el municipio pues generalmente se oculta cuando alguien se suicida.